El volcán de La Corona en Lanzarote: una maravilla natural que no te puedes perder
¿Te gustaría visitar uno de los volcanes más impresionantes de las Islas Canarias? Entonces, no puedes dejar de conocer el volcán de La Corona, situado en el norte de Lanzarote, dentro del municipio de Haría. Este volcán es el responsable del malpaís de la Corona, un paisaje de lava petrificada que se extiende hasta la costa.
Además, en su interior se esconden los famosos tubos volcánicos, como la Cueva de los Verdes y los Jameos del Agua, que son unas atracciones turísticas únicas en el mundo. En este artículo, te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre el volcán de La Corona: su historia, su ruta de senderismo, sus curiosidades y sus consejos para visitarlo. ¡Sigue leyendo y prepárate para descubrir una joya natural de Lanzarote!
La historia del volcán de La Corona
El volcán de La Corona es uno de los volcanes más jóvenes de Lanzarote, ya que se originó hace unos 21.000 años, durante el periodo Cuaternario.
Su erupción fue muy violenta y duró varios meses, generando un gran flujo de lava que cubrió gran parte del norte de la isla. La lava se solidificó al entrar en contacto con el aire y el agua, creando el malpaís de la Corona, un terreno irregular y árido, de color negro y rojizo, que contrasta con el verde de los cultivos y los palmerales de la zona.
El volcán de La Corona tiene una altura de 609 metros y un cráter de unos 300 metros de diámetro, desde donde se puede apreciar una vista panorámica de la isla y del océano Atlántico. Su nombre se debe a la forma de corona que tiene su cono volcánico, que se encaja en la plataforma de Guatifay, cerca de los riscos de Famara.
La ruta de senderismo al volcán de La Corona
Una de las mejores formas de conocer el volcán de La Corona es hacer una ruta de senderismo que recorre su perímetro y su cráter. Se trata de una ruta circular, de unos 3 kilómetros de longitud, que se puede hacer en una hora y media aproximadamente.
La dificultad es entre baja y moderada, aunque hay que tener cuidado con el desnivel y el riesgo de caída al interior del cráter. La ruta empieza y termina en el pueblo de Ye, ubicado en las faldas del volcán, donde se puede aparcar el coche en la ermita de San Francisco Javier. Desde allí, se toma el camino que va hacia el sur, rodeado de viñedos, hasta llegar al pie del volcán.
Se sube por la ladera oeste, siguiendo el sendero marcado con hitos de piedra, hasta alcanzar el borde del cráter. Se puede caminar por el borde, disfrutando de las vistas, pero con precaución, ya que no hay protección. Se baja por la ladera este, por un camino más empinado y pedregoso, hasta volver al punto de partida.
Las curiosidades del volcán de La Corona
El volcán de La Corona no solo es un lugar de gran belleza paisajística, sino también de gran interés científico y cultural. Aquí te contamos algunas de las curiosidades que esconde este volcán:
El Origen de los Jameos del Agua y Cueva de los Verdes
El volcán de La Corona es el origen de los tubos volcánicos más largos del mundo, que se formaron cuando la lava se enfrió por la superficie, pero siguió fluyendo por el interior. Estos tubos tienen una longitud de unos 8 kilómetros, de los cuales 1,5 kilómetros están sumergidos bajo el mar, formando el Túnel de la Atlántida.
En estos tubos se encuentran las Cuevas de los Verdes y los Jameos del Agua, que son unas cavidades naturales que han sido acondicionadas para el turismo, con iluminación, música y arte. En los Jameos del Agua, además, se puede observar una especie endémica de cangrejo ciego y albino, llamado Munidopsis polymorpha, que solo vive en este lugar.
Origen de espacios naturales únicos
El volcán de La Corona alberga dos hábitats naturales diferenciados: el tabaibal ralo y el ecosistema subterráneo. El tabaibal ralo es una formación vegetal típica de las zonas áridas, compuesta por plantas suculentas, como la tabaiba dulce, el cardón, el verode y el bejeque.
El ecosistema subterráneo es el que se desarrolla en los tubos volcánicos, donde hay una gran variedad de especies adaptadas a la oscuridad, la humedad y la escasez de nutrientes, como hongos, bacterias, arañas, insectos y crustáceos.
El volcán de La Corona ha sido testigo de la historia y la cultura de Lanzarote. Se sabe que los majos, los antiguos habitantes de la isla, aprovecharon la fertilidad de la tierra volcánica para cultivar cereales, frutas y verduras. También se refugiaron en las cuevas para escapar de los ataques de los piratas y los conquistadores.
En el siglo XIX, el cultivo de la cochinilla, un insecto que se usa para obtener un tinte rojo, sustituyó a la vid y al azúcar, que entraron en crisis. Hoy en día, el volcán de La Corona es un atractivo turístico que forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, que engloba a las islas menores de Lanzarote, como La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste.
Consejos para visitar el volcán de La Corona
Si te animas a visitar el volcán de La Corona, te damos algunos consejos para que disfrutes al máximo de esta experiencia.
La mejor época para ir es entre octubre y mayo, cuando las temperaturas son más suaves y hay menos riesgo de lluvia. En verano, el calor puede ser sofocante y el sol puede quemar la piel, por lo que se recomienda evitar las horas centrales del día y llevar protección solar, sombrero y agua.
Para llegar al volcán de La Corona, puedes ir en coche, en autobús o en bicicleta:
- Si vas en coche, debes tomar la carretera LZ-1 desde Arrecife hasta Órzola, y luego la LZ-201 hasta Ye.
- Si vas en autobús, puedes tomar la línea 9 desde Arrecife hasta Órzola, y luego la línea 7 hasta Ye.
- Si vas en bicicleta, puedes seguir la misma ruta que el coche, pero teniendo en cuenta que hay tramos con pendiente y curvas. En cualquier caso, una vez en Ye, debes aparcar el vehículo en la ermita de San Francisco Javier y seguir el camino a pie hasta el volcán.
Para hacer la ruta de senderismo al volcán de La Corona, debes llevar calzado cómodo y adecuado para caminar por terreno volcánico, que puede ser resbaladizo y cortante. También debes llevar ropa de abrigo, ya que en la cima puede hacer frío y viento. No olvides llevar una cámara de fotos o un móvil para capturar las vistas espectaculares que te ofrece el volcán.
Y, por supuesto, respeta el entorno natural y no dejes basura ni molestes a la fauna y la flora.